Está en todos los charcos inmobiliarios, le ha prestado a todos el mundo del ladrillo y las infraestructuras: a Reyal, Metrovacesa, Habitat, Martínez, ACS, Acciona, Sacyr.
Ahora, al Banco Santander le toca jugar el papel de malo malísimo: embargar, ejecutar, liquidar.
Y claro esa no es la imagen más agradable para una entidad. Así que el equipo de imagen de don Emilio ha decidido ocultarle por una temporada.
Desaparecerá del proscenio, nada de galardones culturales o cumbres universitarias, especialmente en España. Hasta que la tormenta escampe.
Recuerden, el líder no debe sufrir. Así que desparecerá del proscenio y seguirá mandando entre bambalinas. No es momento para “universias”.
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