Que Bernard Madoff manejara a alguien sus inversiones era un signo de prestigio. El nombre de esta leyenda de Wall Street fue durante décadas sinónimo de fortuna. Pero la realidad se ha impuesto. El gestor infalible, el preferido de las élites de medio mundo, había construido durante décadas una mentira financiera de proporciones inimaginables. Se calcula que han desaparecido hasta 50.000 millones de dólares (37.470 millones de euros). El escándalo, que ha hecho temblar los mercados y a la aristocracia del dinero, aumenta a medida que se conocen más datos. Entre ellos, que las autoridades de supervisión americanas hicieron caso omiso a las contundentes denuncias que desde 1992 se lanzaron contra Madoff.
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