Gráfico
Aunque por diferentes razones, la que desencadeno la situación de pánico. En 1906, un devastador terremoto destruyó San Francisco. El enorme esfuerzo de reconstrucción evaporo tanto dinero del sistema a tal velocidad que desencadeno un proceso de ventas forzadas en los mercados. Como ahora los precios de las acciones se desplomaron y los bancos e inversores se vieron obligados a poner más y más dinero como garantía para cubrir sus compras apalancadas que se estaban desplomando.
Entonces, como ahora, los bancos y muchos intermediarios e inversores tomaron enormes apuestas apalancadas, aprovechando préstamos que les permitían apalancarse hasta 20 veces.
Fue una crisis que se inició en el mes de marzo de ese año y que alcanzó su mayor virulencia en octubre, fecha en la que el Tesoro norteamericano se vio forzado a intervenir para rescatar, junto a un grupo de bancos capitaneados por el mismísimo Joseph Pierpont Morgan, el sistema financiero de su inminente colapso.
La crisis, aunque no es demasiado conocida (la caída de la Bolsa y subsiguiente Gran Depresión de los años treinta hacen sombra a todos los demás episodios de este tipo), tuvo una consecuencia aplazada de primer orden: la creación seis años más tarde de la Reserva Federal, que ejerce de banco central en Estados Unidos.
Aunque por diferentes razones, la que desencadeno la situación de pánico. En 1906, un devastador terremoto destruyó San Francisco. El enorme esfuerzo de reconstrucción evaporo tanto dinero del sistema a tal velocidad que desencadeno un proceso de ventas forzadas en los mercados. Como ahora los precios de las acciones se desplomaron y los bancos e inversores se vieron obligados a poner más y más dinero como garantía para cubrir sus compras apalancadas que se estaban desplomando.
Entonces, como ahora, los bancos y muchos intermediarios e inversores tomaron enormes apuestas apalancadas, aprovechando préstamos que les permitían apalancarse hasta 20 veces.
Fue una crisis que se inició en el mes de marzo de ese año y que alcanzó su mayor virulencia en octubre, fecha en la que el Tesoro norteamericano se vio forzado a intervenir para rescatar, junto a un grupo de bancos capitaneados por el mismísimo Joseph Pierpont Morgan, el sistema financiero de su inminente colapso.
La crisis, aunque no es demasiado conocida (la caída de la Bolsa y subsiguiente Gran Depresión de los años treinta hacen sombra a todos los demás episodios de este tipo), tuvo una consecuencia aplazada de primer orden: la creación seis años más tarde de la Reserva Federal, que ejerce de banco central en Estados Unidos.
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